Berthe Morisot
Berthe Morisot (Bourges, 1841-París,
1895), fue la primera mujer que se unió al
movimiento impresionista.
Nacida en el seno
de una familia de la alta burguesía francesa,
fue educada en el gusto por las artes y la
música y supo combinar de manera ejemplar
la faceta artística con su papel de mujer
moderna y activa animadora cultural.
Morisot demostró las posibilidades de
las mujeres en las artes a fines del siglo XIX.
A los 20 años, Berthe Morisot
conoció a Camille Corot, importante paisajista
de la Escuela de Barbizon, quien la admitió
como su discípula y la introdujo en los
círculos artísticos.
Morisot decidió ser una artista a pesar de su
condición de gran dama, de mujer burguesa,
urbana e interesada por la moda y la activa
vida cultural de la época, no dedicándose de
forma aficionada como otras damas de su
época sino adoptando una postura muy
radical que la vincularía al grupo de artistas
impresionistas, la vanguardia del momento.
Modelo y amiga de Manet, casada con su
hermano Eugène y aliada de los pintores
impresionistas -como Degas, Renoir, Monet o
Pissarro. Morisot y Camille Pissarro, fueron
los dos únicos pintores que tuvieron cuadros
en todas las exposiciones impresionistas
originales. Fue admirada por intelectuales de
la talla de Mallarmé o Valéry. Morisot jugó un
papel destacado y esencial en el desarrollo del impresionismo francés.
La técnica que desarrolla se basa en un tratamiento de pinceladas suaves desde un
principio hasta que evoluciona a un impresionismo más expresado en la pincelada, en
concreto a partir de 1873, cuando el tratamiento más libre de las pinceladas rápidas y planas
y la atmósfera más tratada con el color permitían reflejar una estética más de índole
impresionista. Sus figuras, muy introspectivas y melancólicas, transmiten al mismo tiempo
una alegría de vivir que produce satisfacción a quien las contempla, una pintura de gran
delicadeza.
Tanto la delicadeza del paisaje como la maestría de sus retratos o la representación impresionista de jardines, escenas rurales e
interiores domésticos, permiten conocer los aspectos más destacados de su obra pictórica.
Con una pintura de trazos rápidos, que a veces adquieren la ligereza de la acuarela, Morisot
nos introduce de lleno en su propia intimidad. Sin embargo, como mandaba la doctrina
impresionista, Morisot pintaba la inmediatez, lo que veía en su vida normal. Como una
mujer de la alta burguesía, estaba habituada a escenas domésticas, deportes campestres y un
amplio círculo de mujeres y niños, ya que el mundo masculino les estaba vetado.
Al igual que Mary Cassatt, Eva Gonzalès o Marie Bracquemond, Berthe Morisot fue
relegada a la categoría de artistas femeninas por su temática de la vida cotidiana (mujeres,
niños y escenas domésticas).
Sus cuadros muestran unos temas equivalentes al de sus colegas masculinos.
Edgar Degas, también de clase burguesa, pintaba ensayos de ballet, carreras de caballos, desnudos
femeninos y a la propia Berthe durante su etapa de formación, pasada como "copista" de los
grandes maestros en el Louvre. Claude Monet pintaba los nenúfares de su jardín, a sus hijos,
etc. Las mujeres impresionistas pintaban su entorno social bajo el enfoque impresionista. A
pesar de esto, la figura de Berthe Morisot, junto a las de otras maestras de la pintura, quedó
ensombrecida por el conjunto del movimiento y en especial de los pintores masculinos.
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